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No promuevas el acoso a las mujeres

por Abraham Lugo en December 21, 2020

Puede que como hombre estés acosando a una mujer mientras se ejercita sin que te des cuenta, ¿O ya lo sabes y lo sigues haciendo…?

Lo cierto es que, las mujeres quieren hacer ejercicio para disfrutarlo y tener un momento de desestrés y cumplir sus objetivos fitness, por lo que buscan un ambiente en las que se sientan cómodas. Por ello, te presentamos algunas situaciones que no son nada agradables:

ACOSO

  • Saben cuando te les quedas mirando, sobre todo, cuando se ponen de espaldas creyendo que no se darán cuenta. A esta altura debes saber que son muy perceptivas e incluso aunque se diga de broma que tienen un sexto sentido, deberíamos empezar a considerarlo como un hecho. 
  • Su vestimenta no es para que la veas, ES ROPA DEPORTIVA, no te están incitando. Entiéndase cuando usan leggins, top deportivo u otro tipo de prendas que dejan al descubierto la piel o se ve la forma de su figura. 
  • Guárdate tus cumplidos. No quieren que le digas lo sexy que la hacen lucir esas licras. 

SEXISMO

  • ¿Una mujer carga más peso que tú? No dejes que ataque tu ego, es normal y está bien que una mujer sea más fuerte. Tan solo ve a los CrossFit® Games y dimensiona lo que son capaces de hacer. 
  • No las corrijas si no te lo piden. En los centros fitness hay expertos que dominan la técnica y es su trabajo ayudar a los atletas. Además hay formas, es muy diferente aconsejar con prepotencia mostrándole cómo se hace, y otra decirle con amabilidad que se puede lastimar y hacer una demostración.

Estos son solo algunos ejemplos y los más comunes, tristemente existen acosos más inadecuados que puede llegar a la obscenidad. 

El acoso también puede ser por parte de los entrenadores. Al ser los que trabajan ahí, transmiten confianza, además de que ellos saben cómo ejecutar los ejercicios, pero muchas veces se aprovechan de su conocimiento para ayudar, sobre todo, a las mujeres. No todos, pero siempre se les presta mayor atención y más si les parece atractiva.

Las mujeres no deben buscar una solución al acoso, los hombres deberían saber respetar. 

Estas situaciones no solo se presentan dentro de un centro fitness, también puede ser mientras van caminando por la calle o cualquier otra situación cotidiana. Puede que como hombre también hayas sentido acoso, pero seamos sinceros con hechos, un mínimo porcentaje se inclina al sexo masculino. 

Esto no quiere decir que no te acerques por nada del mundo, puede que sea tu media naranja. Solo debe quedar claro que si una mujer te dice NO, ahí lo dejes. Lo intentaste y fuiste rechazado, no se te va a venir el mundo abajo, ya llegará el momento en el que encuentres una mujer a tu medida.

Conoce algunas declaraciones de acoso:

1.- “Solía hacer ejercicio en el gimnasio local durante el descanso para comer del trabajo. Después de recibir un correo electrónico en la dirección del trabajo de un tipo que se me acercó en el gimnasio para presentarse, cambié la hora de comer para así evitarle. En su correo, decía que me había seguido cuando salí del gimnasio y que vio el edificio en el que aparqué, así que pudo averiguar mi dirección de correo electrónico”.

—Leah

2.- “Comencé a buscar gimnasios solo para mujeres después de que tres tipos dejaran de hacer sus propios ejercicios para mirarme embobados mientras yo hacía los míos. Cada vez que pasaba por delante de ellos, alguno hacía comentarios desagradables sobre mí. Uno en concreto se chupaba los labios mirándome mientras yo hacía sentadillas, lo que me sacaba tanto de quicio que tenía que dejarlo e irme a otra parte del gimnasio. Y no fue un hecho aislado. Incluso empecé a hacer ejercicio en un parque cerca de casa, y entonces un hombre se sentaba y miraba cómo hacía deporte con una desagradable sonrisa en la cara. Por todo eso, ahora pago 120 € más y voy a un gimnasio solo para mujeres, y así puedo hacer deporte en paz”.

—Makyla

3.- “Estaba pensando en mis cosas mientras usaba una de las máquinas de musculación, con los auriculares puestos y dándolo todo, cuando un tipo creyó que era necesario llamar mi atención con la mano y decirme que debía sonreír para hacer el ejercicio con mejor técnica. Lo medio ignoré, porque no me podía creer que un hombre me dijera eso, pero siguió mirándome y empecé a sentirme incómoda, así que comenté el incidente con el personal del gimnasio. Cuando fueron a hablar con él, me di cuenta de que había ido al gimnasio con otra mujer. No sé si sería su pareja, hermana, amiga o qué. ¿Pero quién demonios va al gimnasio a acosar a alguien? ¿Especialmente si vas con una mujer? ¿Qué pasaría si se lo hicieran a ella?

—Sara

(DECLARACIONES TOMADAS DE BUZZFEED)

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